KELONIA, el centro de encuentro de las tortugas marinas.

logo_kelonia-01

Creo que en algún lugar de nuestro corazoncito hay siempre  un sentimiento de ternura para las tortugas, este  reptil con aspecto misterioso, sobreviviente en la Tierra desde hace más de 200 millones de años.    Será porque los humanos tenemos grabado en la memoria su existencia,  a través de  las culturas milenarias de las que todos  descendemos.

RIMG3484

¿Quién no recuerda que en la antigüedad se creía que una tortuga gigante servía de apoyo para cuatro elefantes sobre los que se apoyaba la corteza terrestre?  ¿Quién no escuchó en su infancia la fábula de Esopo sobre la liebre y la tortuga, o cantó la canción de Manuelita, la tortuga enamorada de un tortugo que vivía en Peguajó?  ¿Quién no se interesó por las Tortugas Ninjas ?   Los occidentales y los orientales las llevamos bajo la piel como los tatuajes de guerra que se hacen los mahoríes de Polinesia.   Es que lo que la hace fantástica a la tortuga en el inconsciente colectivo es que conecta el aire con la profundidad de los océanos. Esto maravilló a los hombres y la hizo protagonista de la mitología del pasado y del emblema de la conservación de los océanos en el presente.

RIMG3495

Todas estas reflexiones que escribo están materializadas en una de las primeras salas de Kelonia, el observatorio de tortugas marinas, un centro de sensibilización del habitat marino de las mismas.  Ubicada en St. Leu, al borde del mar,  el centro ocupa el lugar donde existió una granja   de acuacultura para la cría, con fines de exportación de la carne,  faenada y enlatada allí, de la especie chelonia mydas o tortuga verde,   Este lugar afortunadamente fue reconvertido en centro de investigación en 1996,  por la  presión  internacional desde la aplicación de convenciones internacionales que protegen a los animales salvajes (CITES).

visuel

Kelonia es uno de los Museos Regionales de La Reunion, junto con la Cité du Volcán, Madoi y  Stella Matutina, lo que le ha dado un status de museo a la vez.   Indudablemente la misión científica y pedagógica del lugar le otorgan un rol protagonista en la conservación y protección de las tortugas marinas del Océano Indico.  Por un lado, el proyecto museográfico pretende hacer reflexionar a los visitantes,  sobre la conciliación de la economía, la vida social, el medio ambiente y la cultura de los pueblos, con la conservación de los habitats naturales.  Por otro lado,  la participación del centro en proyectos internacionales, le permite integrarse a esa red mundial que trata de evitar que la vida en este planeta se siga destruyendo.

RIMG3468

Mi visita que había programado para que dure todo el tiempo necesario me permitió seguir una visita guiada de una hora,  volver a las salas para inspeccionarlas curiosamente, luego ver en la sala de videos los documentales muy interesantes y de alta definición en imágenes.  Regresé a las piscinas exteriores y fotografié a los cuidadores realizando tareas diarias para la  curación de alguna tortuga en tratamiento.    Además aprendí que no hace muchos años los científicos australianos probaron que las tortugas tienen en el cerebro un centro olfativo muy desarrollado que les permite sentir el fuerte olor que despiden unos arbustos que crecen en las playas de la isla llamados «veloutiers«, plantas indígenas que las atraen a la playa para que pongan sus huevos.   A partir de este descubrimiento se están reproduciendo las plantas y se están volviendo a plantar en la playas, experiencia que ya comienza a dar resultados pues la tortuga verde que es la especie más común, está regresando y el año pasado se registró por primera vez en años un postura de huevos.   La información que se recibe es tanta,  se aprenden  muchos datos nuevos, pero el que más me maravilla es que de los miles de huevos que ponen las tortugas al año, sólo 3 llegan a la vida adulta habiendo superado la larga cadena de depredadores que se alimentan de ellas desde el cangrejo de la playa, pasando por las aves marinas, los tiburones, los atunes y por último los humanos.

RIMG3472

 

 Kelonia es un santuario  y conocerlo nos convierte en propagadores del mensaje: SALVEMOS A LAS TORTUGAS MARINAS!!  Lo que no significa pensar sólo en el mar, sino en las playas donde por milenios ellas han ido regresando para intentar cumplir con su misión  de continuar  la vida de la especie y de su evolución.

Deja un comentario