Quien visita la isla de La Reunión y se pregunta cuál es la bebida típica de la isla, entenderá rápidamente que la bebida alcohólica tradicional es el Rhum. Aunque se consuman cantidades siderales de cerveza producida localmente o importada, aunque el whisky importado es vendido en cantidades asombrosas, el rhum es parte de la historia de esta isla, al igual que en las Antillas del Caribe.
Al entrar al comedor de un hotel, un restaurant o un bar, encontrar vistosos frascos con frutos en el interior que colorean su exquisito contenido, es lo habitual. No es pura decoración, se trata en cambio, de una muestra de la paciente espera de la justa maceración, la que brindará un elisir aromatizado que se llama Rhum arrangé o arreglado. Yo, personalmente lo llamaría “mejorado“, ya que el rhum por su graduación alcohólica de 49 grados como mínimo, resulta muy duro de pasar. Azucarado y perfumado se lo bebe como un gustoso digestivo después del café.
En La Reunión me parece que el rhum arrangé después de las comidas, ocupa un lugar tan primordial, que rechazar la invitación resulta una falta de amabilidad, sobre todo cuando somos invitados a casa de amigos o familiares. Cada casa se esmera en tener un sabor original, preparado con recetas heredadas, con frutos propios e ingredientes tradicionales. Los más apreciados se hacen con banana, litchi, mango, ananá, vainas de vainilla, canela, granos de café y clavos de olor.
En La Reunión y en las islas del Caribe, la gran cantidad de azúcar obtenida de las cañas, dejaba un enorme resto de melaza. Esta era reciclada y a través de la fermentación y destilación, se obtenía un alcohol; el que se convirtió en el rhum industrial. Distinto del alcohol llamado agrícola que no es otro que el jugo de caña de azúcar fermentado y destilado.
Para conocer mejor esta historia, como parte del patrimonio industrial tangible de La Reunión recomiendo visitar una destilería de rhum. Allí nos podemos maravillar con la historia y el proceso de elaboración, para terminar con una pequeña degustación al final. El lugar para esta experiencia puede ser la destilería Isautier (desde 1845), en el oeste, ofrece la Saga del Rhum, una visita que asombra por su interés.
Me preguntaba el origen de la palabra: rhum, tan internacional como whisky. Si suponía un origen inglés, prefiero la versión del latín Saccarhum, como el nombre de la caña: Saccarhum oficinarum. Al parecer, el nombre fue registrado entre los franceses en el siglo XVII, en las Antillas. Ya entonces, en las Barbados inglesas se usaba la palabra rhumeries para designar los lugares de elaboración. Desde entonces, su uso fue variando tanto como la historia de la humanidad. En sus comienzos marinos, piratas y bucaneros transportaban y consumían rhum. También se lo daban a los esclavos negros. Rápidamente el consumo se hizo popular en Europa y América del Norte. No era simplemente usado por placer, sino era el único medicamento y desinfectante para las heridas. Su efecto calmaba el dolor de los enfermos y moribundos. Aunque parezca increíble, el más alto consumo de rhum se registró durante la Gran Guerra (1914/18).
El rhum, perdió el halo de medicamento, su consumo es social, es moda y es tradición. Es una marca con denominación de origen. Es el recuerdo típico para llevar a la familia y amigos. Es otra de las tradiciones que viaja por el mundo y que encuentran en Europa los habitantes de la isla cuando la nostalgia de la isla se despierta.
EL RHUM ES UNA BEBIDA PARA MAYORES DE 18 AÑOS. SE DEBE BEBER CON
MODERACION.